Temerosa y no ha transpirado nerviosa, me confese por primera ocasion en muchos anos de vida. El sacerdote fue amable y trato de hacerme ese segundo lo mas comodo posible para mi. Mostro una gran comprension desplazandolo hacia el pelo asiento. Por fin estaba en mi camino a vivienda.
Comence a ver a este sacerdote con regularidad en busca de direccion espiritual. Al comienzo, lo unico que podia ver era oscuridad. Suponia un enorme trabajo para mi hacer las cosas que me pedia que hiciera, como por ejemplo examinar mi vida, por motivo de que estaba segura de que lo unico que iba a descubrir era la sujeto tan terrible que era. Sin embargo, estaba cansada de la tristeza desplazandolo hacia el pelo lo muy desesperada de afrontar el tanteo. Sentia pena por mis hijos que tenian la mama que lloraba constantemente y que sencillamente nunca era apto de vivir. Queria mucho mas para nosotros 3. Por eso rezaba, iba a misa todos los dias desplazandolo hacia el pelo pasaba lapso ante el Santisimo Sacramento. Necesitaba imperiosamente confiar en este Dios que me habian refran era tan bueno. Seguia desprovisto perdonarme a mi misma. Continuaba batallando contra la depresion. Suplicaba a Jesus que me concediera la curacion. Me sentia mal por no efectuarse ajustado la total cicatrizacion de mis heridas, y no ha transpirado los ojos sobre mi confesor mostraban su propia afliccion al ver mi guerra continuada. Comprendo hoy por hoy que la curacion plena llega solo en el momento que Dios elige.
La noche me senti deprimida asi como con deseos de suicidio otra ocasii?n; no obstante a pesar sobre aquellos sentimientos, tambien sobre alguna manera senti una profunda confianza en Dios.